martes, 2 de diciembre de 2014

Unzué



Partidos disputados
Primera división
Copa de España
Copa UEFA
257
222
25
10
UNZUÉ
(1990/1997)
Juan Carlos Unzué Labiano
22/04/1967 Pamplona, Navarra
Portero




El portero titular de la década de los 90. Siete temporadas de un cancerbero muy completo que no destacaba en ninguna faceta por encima de las demás, pero dotaba de seguridad al equipo. Contaba con una agilidad, unos magníficos reflejos y mucha seguridad en las salidas, con la que cubría muy bien la puerta. Una regularidad que dio estabilidad al Sevilla. El descenso a Segunda precipitó su salida.




Carrera futbolística
(extracto del artículo de Sevillismo en vena

Juan Carlos Unzué nació en Orcoyen (Pamplona), un 22 de abril de 1967. Comenzó a jugar como guardameta en las categorías infantiles del Berriozar CF, el equipo de un pequeño municipio muy cercano a Pamplona. Después, Unzué continuó jugando en los infantiles del colegio San Agustín, y de ahí pasó a formar parte del Osasuna Promesas. Su hermano, Eusebio Unzué, había sido ciclista en categoría juvenil y seguía vinculado al mundo del ciclismo como director deportivo, por lo que el deporte siempre había estado presente en la familia Unzué. 

Su progresión en el filial osasunista fue meteórica. Siendo internacional sub 18, sub 19 y sub 21, Unzué fue convocado para disputar el Mundial sub20 de 1985 que se disputaría en la URSS, a pesar de tener tan solo 18 años. Unzué fue titular indiscutible y cuajó un gran campeonato, disputando la final del torneo contra Brasil, en la que la selección sub20 cayó derrotada tras perder por un gol a cero en el último minuto. En aquel once inicial había un joven futbolista del Sevilla Atlético, Rafa Paz. Unzué fue designado como el mejor portero del campeonato. 

El Osasuna, en vista del buen rendimiento ofrecido por Unzué, tanto en el filial como en las diferentes categorías de la selección española, además de la gran proyección que apuntaba, decidió ascenderle al primer equipo en la campaña 1986/1987, cuando tenía tan solo 19 años. En su primera campaña en el primer equipo del Osasuna tenía por delante a Santamaría y Vicuña. Este último comenzó la temporada como titular, pero Santamaría acabó arrebatándole el puesto de titular a medidados del campeonato. Una lesión de éste, propició el debut de Unzué en primera división, disputando 66 minutos durante un Murcia-Osasuna, que terminó con empate a cero. Aquella lesión posibilitó que Unzué participara en ocho encuentros, en los que recibió nueve goles. 

En su segunda temporada, Unzué continuó a la sombra de Santamaría. Participó en siete partidos como titular en liga, encajando tan solo tres goles. A pesar de no hacerse con el puesto de titular, sus grandes actuaciones con la selección sub 21, su gran proyección y el rendimiento que ofreció en los pocos partidos que disputó en primera división, llamaron la atención del FC Barcelona. 

El Barcelona de Johan Cruyff no dudó en hacerse con sus servicios, al tratarse de un guardameta muy joven que contaba con un gran futuro. A pesar de ser portero suplente, Unzué adquirió experiencia a la sombra de Zubizarreta, disputando las dos últimas jornadas de liga. 

En su segunda temporada en el Barcelona, Unzué continuó siendo el portero suplente, disputando únicamente tres encuentros de liga en el último tramo del campeonato de liga. Durante su estancia en el conjunto catalán, Unzué añadió a su palmarés una Recopa y una Copa del Rey. 

Unzué tenía 23 años y sabía que en el Barcelona tendría muy complicado tener protagonismo, pues Zubizarreta era el guardameta titular indiscutible, tanto en el Barcelona como en la selección española. El Sevilla, aprovechando el interés de los blaugranas por el defensa canterano sevillista Nando, negoció con el Barcelona e incluyó a Juan Carlos Unzué en la operación. Luis Cuervas era el presidente sevillista en aquella época. De esta forma, el conjunto hispalense renovaba su portería, defendida la temporada anterior por el ruso Dassaev y por Fernando. 

Unzué permanecería varias temporadas en el Sevilla, consagrándose como uno de los mejores guardametas del fútbol español disputando los mejores años de su carrera en Nervión. Sin embargo, las puertas de la selección absoluta permanecieron cerradas para Unzué, en un principio por tener por delante a Zubizarreta y Buyo, y después por cabezonería de Javier Clemente, que seguía contando con un decadente Zubizarreta y tenía preferencias por otros porteros, como Cañizares y Lopetegui. Por su regularidad en el Sevilla, Unzué debió tener alguna oportunidad en la selección absoluta. El guardameta navarro, además, era uno de los futbolistas más queridos por la afición sevillista. Curiosamente, la primera peña sevillista femenina tomó prestado su nombre. 

El Sevilla de la temporada 1990/1991 contaría con dos jóvenes guardametas, el recién fichado Unzué y el portero canterano Monchi, que fue ascendido al primer equipo. Vicente Cantatore convirtió a Unzué en el portero titular indiscutible del equipo, solo se perdió algunos encuentros por problemas físicos, disputando 31 partidos de liga y encajando 35 goles. Además, disputó cuatro encuentros de la Uefa. A pesar de contar con una buena plantilla (Unzué, Jiménez, Polster, Rafa Paz, Diego, Ramón, Zamorano...), el equipo finalizó en la octava posición y no pudo cumplir el objetivo de volver a jugar en Europa. Víctor Espárrago se hizo con las riendas del equipo en la siguiente campaña y Unzué lo jugó absolutamente todo, disputando las 38 jornadas de liga y encajando 45 goles. A pesar de contar con una delantera letal (Suker y Zamorano), el Sevilla solo pudo terminar como duodécimo en la liga. 

Luis Cuervas afrontó un ambicioso proyecto con el objetivo, en la 92/93, de volver a disputar competiciones europeas. Un Sevilla "argentinizado" con las figuras del prestigioso técnico Bilardo, un joven Simeone y el mejor jugador del mundo, Diego Armando Maradona. A pesar de la gran inversión, el Sevilla finalizó la temporada como el séptimo clasificado, sin conseguir el objetivo de volver a Europa. Unzué no se perdió una sola jornada, disputó los 38 partidos de liga a un gran nivel, en los que encajó 44 goles. 

Después del fracaso de la campaña anterior, se optó por contratar a un entrenador contrastado y con experiencia, Luis Aragonés. Unzué continuó siendo un fijo en el once titular del Sevilla, participando en 37 encuentros y encajando 42 goles. Solo se perdió un encuentro por sanción, al haber sido expulsado en el encuentro anterior. El Sevilla cuajó una buena temporada pero finalmente se quedó a las puertas de entrar en Europa, finalizando en el sexto puesto de la clasificación. 

En la 1994/1995, Unzué tenía ya 27 años y pese a su juventud, acumulaba una gran experiencia y se encontraba entre los mejores guardametas del país. Durante toda la temporada, el guardameta navarro continuó gozando de la total confianza por parte del técnico sevillista, que seguía siendo Luis Aragonés. Unzué completó una gran campaña, disputando los 38 partidos de liga y encajando 41 goles. El Sevilla cuajó una muy buena temporada, que aún podría haber sido mejor si no hubiera dejado escapar tantos puntos en Nervión. Finalmente, el Sevilla finalizó en la quinta posición y se clasificó por fin para disputar la Copa de la UEFA de nuevo. A mediados de la temporada se rumoreó que el Barcelona se planteaba contratar nuevamente a Unzué, aunque finalmente permaneció en el Sevilla. 

La siguiente temporada estuvo marcada por el descenso administrativo del club a segunda B en pleno mes de agosto, aunque finalmente la liga dió marcha dió marcha atrás y mantuvo al Sevilla y al Celta (ambos equipos fueron descendidos), ampliando la competición hasta los 22 equipos. Hasta tres entrenadores tuvo el Sevilla en esta campaña, el portugués Toni, Juan Carlos Álvarez y Víctor Espárrago, que fue quien finalizó la temporada. El Sevilla finalizó duodécimo, luchando por evitar el descenso hasta la última jornada. Los cambios de entrenadores y el rendimiento del equipo posibilitó que Monchi le arrebatara el puesto de titular por primera vez y hasta en dos ocasiones, por lo que Unzué, que comenzó como titular, disputó 24 partidos de liga, en los que encajó 39 goles, unos registros que se alejaban a los de las anteriores campañas. Además, el guardameta navarro participó en los seis partidos de UEFA, donde el Sevilla cayó eliminado ante el Barcelona en los octavos de final. 

La temporada 96/97 fue una campaña para olvidar. El Sevilla no estuvo a la altura de la denominada "liga de las estrellas", sobrenombre que tomó tras los fichajes multimillonarios por parte de numerosos equipos, entre ellos el Sevilla, que desembolsó muchos millones con un pésimo resultado. La renovación de la plantilla no fue acertada y el proyecto, con José Antonio Camacho en el banquillo, resultó ser una decepción. El técnico madrileño acabaría dimitiendo meses más tarde y en su lugar regresó Bilardo, que apenas dirigió cuatro encuentros, finalizando la temporada Julián Rubio, que poco pudo hacer por evitar el descenso del Sevilla a segunda división. Unzué comenzó la temporada como portero suplente por primera vez desde que llegara al Sevilla. Cuando llegó Julián Rubio, una de las primeras medidas que tomó fue devolverle la titularidad a Unzué, que mantuvo hasta el final. En total, Unzué disputó 16 encuentros de liga, encajando 29 tantos. 

Al finalizar la campaña, el Sevilla no abogó por la continuidad de Unzué debido a su alta ficha, así que dejó que se marchara al CD Tenerife en una operación relámpago, el último día del mercado de fichajes para la temporada 1997/1998. Unzué ponía fin a una bonita etapa de una forma que nunca habría imaginado. El guardameta, a punto de cumplir los 30 años, se marchó tras 222 partidos disputados en primera división defendiendo la portería sevillista, además de 10 partidos de UEFA y 25 partidos de copa. Unos registros al alcance de muy pocos, pues solo Busto (339 disputados en primera) defendió la portería sevillista en más ocasiones. Palop (217) y Buyo (199) son los dos guardametas que más se acercan a sus registros en Liga. 

Juan Carlos Unzué no tuvo suerte a la hora de elegir sus destinos después de su paso por el Sevilla. Tras fichar por el Tenerife, permaneció en el club tinerfeño durante dos temporadas, en las cuales, no terminó de hacerse con la titularidad, disputando 35 partidos de liga en total. Para colmo, en su segunda campaña, el club descendió a segunda división. 

Tras vivir otro descenso en Tenerife, Unzué decidió cambiar de aire y firmó por el Real Oviedo, allí corrió peor suerte aún. Únicamente disputó partidos de copa, permaneciendo a la sombra de Esteban, que posteriormente jugaría en el Sevilla. En las dos temporadas que estuvo en Oviedo no logró disputar minutos en la liga, además, el club acabó descendiendo a segunda división. El tercer descenso en la carrera de Unzué empañaba una brillante carrera. 

Al finalizar la temporada decidió regresar a la que fue su casa trece años después. Unzué regresó al club en el que se formó en la temporada 2001/2002, a los 34 años. En su primera campaña fue titular indiscutible y rindió a un gran nivel. En cambio, en su segunda campaña, Sanzol le arrebató la titularidad pocas jornadas después del comienzo de la temporada, relegando a Unzué a disputar únicamente los partidos de copa. Precisamente uno de esos duelos de copa fue frente al Sevilla en 2003, donde los sevillistas, bajo la nieve, cayeron eliminados in extremis en los cuartos de final. Al finalizar la temporada, Unzué, que ya tenía la decisión tomada, se retiró definitivamente. 


Curiosidades:

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