Partidos disputados
Primera división
Prom. permanencia Copa de España Recopa Europa Copa Ferias |
280
240
2 34 2 2 |
ACHUCARRO
(1958/1968)
Ignacio Achucarro Ayala
31/07/1936 Asunción (Paraguay)
Centrocampista |
Toda una década en el centro del campo del Sevilla. Representaba un fútbol de garra, fútbol puro en su esencia. Combinar coraje y exquisitez. Muy profesional y comprometido con el equipo. Defendía mejor que atacaba. Siempre recordado en la dupla con Ruiz Sosa en la medular, uno ponía la calidad y el otro la garra. Uno de los Dorsales de Leyenda del Sevilla FC.
Carrera futbolística
(extracto del articulo de la página de Sevilla FC)
El homenaje fue contra
su nuevo equipo, el Guaraní, con el Sánchez Pizjuán repleto. Achucarro jugó 280
encuentros, con el título honorífico de ser el extranjero con más partidos
durante más de 50 años, hasta que Renato y Kanouté le superaron. Más allá de
eso, el pundonor y la entrega que siempre mostró en el campo le han hecho
inmortal en el imaginario colectivo del Sevillismo, que todavía hoy no olvida a
un ídolo auténtico, jugador de hierro y corazón, pero sobre todo de un compromiso
prácticamente inédito en el fútbol actual.
Ignacio Achucarro llegó a Sevilla con 22 años. Fue integrante de
aquella Paraguay de finales de los 50 que logró una sorprendente clasificación
para el Mundial Suecia 1958, junto a los Lezcano, Aguilera, Re, Agüero o Amarilla.
Bravo mediocentro, era ya un ídolo en su país por ser el líder del tricampeón
Olimpia y completó una excepcional actuación que le puso en el mercado español.
El Sevilla fue el club más avispado a la hora de contratarle, dado que en
principio venía al Barcelona de Helenio Herrera, que le quería para proteger a
Luis Suárez. Sin embargo, la intermediación del representante armenio Arturo
Bogossian cambiaron los acontecimientos y Achucarro tomó rumbo a la Giralda
para construir una historia de grandeza similar a la del monumento hispalense
más universal.
Cuando arribó a Sevilla,
Achucarro era un padre primerizo, comedido en palabras, guaraní parlante,
extranjero pese a su sangre española, pero comprometido con su presente y
sorprendido por las bondades de Sevilla, que tan bien le supieron desde sus
inicios. Corría el penúltimo mes de 1958 cuando se estableció en la calle San
Vicente y dio rienda suelta a su leyenda. Su debut fue ante el Athletic un 23
de noviembre. De ahí hasta final de campaña no dejó de jugar ni un solo
encuentro. La camiseta del Sevilla, blanca como la del Olimpia, le sentó de
maravilla y no permitió, bajo ningún concepto, que nadie se atreviera a
mancharla.
En Nervión echó raíces.
Le tocó lidiar con un Sevilla en decadencia, que se sostuvo en la elite mientras
él formó inolvidable pareja en el centro del campo con Manuel Ruiz Sosa, la
mejor medular que jamás haya conocido Nervión. Rozó la gloria en la final de
Copa del 62 y no jugó con España en el Mundial Chile 1962 por una inoportuna
lesión que le dejó fuera de los planes de Helenio Herrera, un técnico que
siempre quiso contar con sus servicios.
En los años 60 y la
marcha de Ruiz Sosa, el Sevilla, que iba a menos, encontró en el racial
carácter de Achucarro su principal sostén.
Sus sensacionales actuaciones se convirtieron en uno de los pocos
argumentos de un equipo que acusaba seriamente las deudas devenidas de la
construcción del Ramón Sánchez Pizjuán. Salieron Sosa, Gallego, Oliveros, pero
a Achucarro nunca se le abrieron las puertas y el jamás osó tomar el picaporte
por su cuenta. Ídolo y figura, se convirtió en el gran capitán y en el ejemplo
a seguir por la excelsa generación de canteranos que venía pegando fuerte desde
abajo, con Enrique Lora a la cabeza.
Dedicó sus mejores años
por y para el Sevilla y dotó a su figura de un matiz legendario en la promoción
por evitar el descenso de la temporada 66/67, cuando el conjunto nervionense,
tras haber ganado 1-0 en casa, se jugaba la permanencia en El Molinón. Ante el
Sporting, el recital de compromiso y sacrificio futbolístico del paraguayo fue
enorme, dado que llegó a jugar lesionado -con la rótula rota- durante gran
parte del choque. Pese a circunstancias tan adversas, no transigió a abandonar
el campo, pues en esa época no había cambios y no quería dejar al equipo con
uno menos, pese a que su técnico, Juan Arza, le pidió que lo hiciera viendo la
gravedad de la situación. Su sello era pelear hasta el último suspiro y no caer
jamás, valiéndose de un pundonor y un compromiso cada vez menos frecuente en el
fútbol. El Sevilla logró mantener la categoría, elevándose su figura al olimpo
de los héroes.
En la siguiente campaña,
con el equipo descendido, Achucarro terminó contrato con el Sevilla. Tuvo
ofertas jugosas de Elche, Córdoba o Espanyol para hacerse con sus servicios y
poder seguir jugando en Europa y ganar el buen dinero que pagaba el campeonato
español. Sin embargo, el presidente Manuel Zafra Poyatos, le dijo alto y claro
que el Sevilla no permitiría que vistiera otra camiseta distinta en España. El
mensaje fue nítido: ‘si lo haces, te quedas sin partido homenaje’. Achucarro no
dudó, rechazó ofertas y prefirió un último baile con una afición a la que
enamoró con su casta, destrozando su rodilla y entregando su alma.
Trayectoria:
1956/58 Olimpia (Paraguay)
1958/68 Sevilla FC
1968 Guaraní (Paraguay)
1969/70 Olimpia (Paraguay)
1971 Club Libertad (Paraguay)
1972 Sportivo Luqueño (Paraguay)
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Comenzó su carrera en 1956 jugando para el Olimpia. Jugó hasta 1958. En ese año se fue a España para formar parte de las filas del Sevilla FC, en donde estuvo por 10 años seguidos (1958-1968). En 1969 regresó a Paraguay al Club Guarani. Se retiró del fútbol profesional en el año 1973.
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